Independientemente del sector o tamaño de una empresa, mantener un alto nivel de producción es sinónimo de una buena rentabilidad y viabilidad a largo plazo. En ese contexto, la capacidad ociosa y la fábrica oculta se erigen como dos elementos que no solo determinan el nivel de producción, sino también su eficiencia en relación con los recursos disponibles.
La omisión de estos dos factores en los procesos industriales y administrativos puede generar efectos negativos en todas los departamentos de la empresa: desde operaciones poco eficientes, hasta costos excesivamente elevados.
Con el fin de prevenir situaciones como las mencionadas anteriormente y de optimizar al máximo los recursos disponibles, en este artículo te mostraremos a qué nos referimos con fábrica oculta y capacidad ociosa y cómo gestionarlas para convertirlas en aliadas de tu negocio.
Podrás leer en este artículo:
¿Qué es la capacidad ociosa en la industria?
También conocida como capacidad excesiva o exceso de capacidad, no es más que todos los recursos de los que una empresa dispone, pero que no utiliza para su producción. Por lo general, se trata de equipos, dispositivos, mano de obra, maquinarias o espacios físicos: todo aquello que, a pesar de estar destinado a la producción, no está formando parte de la misma en ese momento y, en su lugar, cumple un papel de ocio.
Este elemento funciona como un indicador de calidad, que si bien no define la calidad del producto o servicio en sí mismo, sí evalúa la eficiencia con la que se ejecutan las operaciones que sirven para crearlos.
La ecuación es sencilla: cuanto mayor sea la capacidad excedente, más recursos desperdicia la organización.
Si a lo anterior le añadimos que la adquisición y mantenimiento de cualquier recurso tiene un valor monetario que debe compensarse con su desempeño en la producción, obtenemos un escenario no tan favorecedor. Puesto que, de una u otra manera, la empresa necesita reponer la totalidad de la inversión realizada tanto en el pasado como en el presente.
¿Qué es la fábrica oculta en la industria?
Intrínsecamente vinculado al exceso de capacidad, se encuentra la noción de fábrica oculta: un término que engloba los factores que interfieren en la producción de manera negativa, resultando en una disminución de su eficacia.
En este contexto, se incluyen el ensamblaje defectuoso, las piezas dañadas, las interrupciones y ralentizaciones del proceso de fabricación, entre otros.
En otras palabras, la fábrica oculta consiste en aquellos elementos que, con un ajuste o con un control de procesos adecuado, permitirían explotar el potencial de producción.
Para medir qué tan grande es la fábrica oculta de una empresa, se suele utilizar un indicador llamado Overall Equipment Effectiveness (OEE), o Eficacia General del Equipo, por su traducción al español. Este índice sugiere que para determinar este valor, es necesario considerar tres aspectos:
- Disponibilidad: Busca analizar el tiempo en el que la máquina está operativa en comparación con el tiempo en el que está disponible para operar. Cuanto más se asemejen estos dos valores, mayor será la eficacia de la operación.
- Rendimiento: Es la cantidad de tiempo que le toma a un dispositivo, maquinaria o colaborador emplea para completar una tarea en comparación con el tiempo ideal. En esencia, mide la velocidad de la ejecución.
- Calidad: Se refiere a la relación entre la cantidad de productos fabricados sin defectos y aquellos que presentan defectos y necesitan ser reprocesados o, incluso, descartados. Por lo tanto, cuanto mayor sea la proporción, menor será la calidad del proceso.
¿Cómo optimizar la gestión de la capacidad ociosa?
Aprovechar al máximo los recursos y alcanzar la perfección absoluta en un proceso de fabricación es una meta generalmente inalcanzable.
Sin embargo, es factible acercarse lo más posible a esta excelencia, utilizando eficientemente los recursos disponibles y minimizando cualquier factor que pueda afectar negativamente el proceso.
Para ello, es necesario contar con una gestión efectiva de la capacidad ociosa y de la fábrica oculta, demostrando que estos dos aspectos pueden ser en realidad ventajosos.
A continuación, te mostramos varias prácticas que pueden ayudarte a alcanzar este objetivo:
Monitorización continua
Una excelente estrategia consiste en implementar un sistema de automatización industrial que permita monitorizar de manera continua el aprovechamiento de cada uno de los recursos disponibles. De este modo, será más fácil identificar si alguno de ellos no se está usando a toda su capacidad.
De esta manera, herramientas como el Checklist Fácil pueden ser un gran aliado en esta tarea. Con el software, es posible cerciorarse de la ejecución de cada proceso y establecer parámetros para asegurar la correcta realización de los mismos.
Planificación
Desarrolla planes operacionales a corto, mediano y largo plazo en los que se tome en cuenta la demanda actual de producción y la que se espera tener en un futuro más o menos cercano. En este sentido, es importante ser preciso con las proyecciones para evitar la adquisición innecesaria de recursos.
Capacitación
Ofrece la capacitación necesaria al personal para que por sí mismos puedan identificar si existe un exceso de capacidades o si hay puntos en la producción que podrían mejorarse. Es esencial no hacer distinciones de quiénes se instruyen al respecto: tanto los hombres como las mujeres de la industria deben recibir la misma formación.
Flexibilidad
Establece políticas que posibiliten una asignación flexible de recursos. Por lo tanto, lo ideal es que tanto la maquinaria como la mercancía puedan adquirirse sin atravesar un protocolo demorado y que pueda ajustarse la cantidad de materia prima necesaria de manera constante. Este enfoque contribuirá a evitar el desperdicio de recursos.
Mantenimiento preventivo
Establecer un programa de mantenimiento preventivo para todos los equipos contribuirá a que estos funcionen a su máxima capacidad y velocidad, además evitará que sufran fallos importantes que ameriten detener su funcionamiento por un tiempo más o menos prologando. Con ello, se reducirá el tiempo de inactividad y aumentará la disponibilidad de los activos.
Optimiza tu gestión
Para este punto, es evidente que la capacidad ociosa y la fábrica oculta son elementos que bajo ningún concepto pueden omitirse y que, por el contrario, requieren de una buena gestión. Gracias a ellos, las empresas pueden aumentar su producción a niveles tan altos como sea posible y obtener los mejores beneficios.
En ese sentido, el Checklist Fácil se revela como una solución clave. Debido a su capacidad de facilitar el seguimiento y ofrecer un entorno controlado en el que los lideres y colaboradores pueden asegurar el correcto funcionamiento de los procesos, garantiza una gestión optimizada de la mano de la tecnología.
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